Hoy os quiero presentar una forma diferente de dar rienda suelta a vuestras habilidades manuales: la costura solidaria. En realidad, las manualidades solidarias, en general. Coser, tejer, bordar…. todo vale si el objetivo es ayudar.
Seguro que conoces algo de este tema porque tienes pinta de ser una buena persona.
Pero léete esto primero, que no es oro todo lo que reluce.
A veces surgen iniciativas que nos tocan la fibra sensible y apelan a nuestra habilidad para elaborar y enviar productos o labores a poblaciones que han sido maltratadas por desastres naturales (huracanes, tsunamis, terremotos…) o circunstancias sociales de emergencia (migraciones, guerras…).
Cuántas veces hemos leído estas iniciativas y nos han dado ganas de ponernos a coser como locas mantas de patchwork o colchas de ganchillo para estas personas desafortunadas. Labores que llegarán a su destino…. o no.
No tengo ninguna estadística, ningún dato verificado, ninguna mala experiencia para demostraros que hay que tener cuidado con estas propuestas. De lo que sí estoy segura es que en el 99% de las ocasiones la intención de quienes las organizan es muy buena, pero ¿como sabremos que nuestra labor llegará a su devastado destino, cuando hay problemas incluso para llevar agua, alimentos…a estas poblaciones?
No tengo una respuesta a esto así que varios consejos quiero daros ante esta tesitura.
¿qué opciones de costura solidaria tengo?
UNO: INSISTO EN COLABORAR EN INICIATIVAS ANTE DESASTRES
Si quieres colaborar en experiencias así, lo cual dice mucho de vosotras como personas bondadosas y solidarias que sois, por favor enteraros bien de las condiciones de las mismas: a quién se envían, quiénes son los intermediarios, cómo harán llegar el producto, cómo se distribuirá una vez allí…. Y si os convencen las respuestas, adelante.
Para que veáis que no estoy en contra de estas campañas, os voy a dejar una que me ha gustado y además, convencido. Se trata de la ONG Acción Planetaria, que nos invita a sacar una sonrisa a niños refugiados en Grecia que huyen del conflicto de Siria. ¿Cómo? Cosiendo para ellos unos ositos de peluche que recibirán de forma 100% confiable a través del personal de la ONG. Nos facilitan un tutorial y un patrón para confeccionarlo e instrucciones para hacérselo llegar. Toda la info la tienes pinchando aquí
¿Ves? No soy tan desconfiada 🙂
DOS: PREFIERO LAS APUESTAS SEGURAS
Otra opción es apostar por proyectos asentados, es decir, no circunstanciales por culpa de la madre naturaleza o la crueldad del hombre. Hablo de colaborar con proyectos de largo recorrido, que llevan tiempo rodando y que sabemos de su utilidad y eficacia. Tengo varios ejemplos que me-en-can-tan y quiero compartir con vosotros:
- Proyecto “Viste a una niña del mundo” (Dress a girl around the world) El lema de este proyecto es “Imagina un mundo en el que todas las niñas tuvieran al menos un vestido”. Se me parte el alma solo con leer esto. Son una organización, Hope 4 Women (esperanza para las mujeres) que atiende a niñas y mujeres de todo el mundo en riesgo de exclusión. Las fotos de su web son casi todas africanas pero la verdad es que también tienen necesidades detectadas en muchos países del mundo. Lo que nos proponen es confeccionar vestidos (nos dan ideas, tutoriales, videos…) para luego ser enviados a estas niñas. Tienen varias “embajadoras” en diferentes países a las que hacer llegar las prendas elaboradas por nosotras y ellas se encargan de hacer la distribución. Otras formas de colaborar son preparando tú misma un evento de costura con este fin, o incluso ofrecerte a ser embajadora en tu zona. Toda la info, aquí.
- Proyecto “La lana mágica”. Conozco este proyecto de primerísima mano, y es admirable como Holly organiza en su casa de Anchorage (Alaska) la logística de un montón de pelucas hechas con lana para enviar a niñas en tratamientos contra el cáncer. Su misión es hacerlas sentir princesas a pesar de su enfermedad. Me impresionó mucho cómo el altruismo de una familia puede cambiar el mundo de alguna manera. Tenéis que ver el vídeo en el que explica su historia y su idea, es sencillamente emocionante. Se puede colaborar confeccionando pelucas, enviando lana, tejiendo adornos para las pelucas…. Echa un vistazo aquí y alguna de las opciones te cuadrará seguro. Han hecho ya casi 4.000 pelucas para otras tantas princesas.
- Proyecto “hadas del pijama” (bueno, es difícil de traducir, hay un juego de palabras con las palabras wrappy (envolvente) y Pyjama. En inglés es “wrappyjamafairies”). Lo que hacen es facilitar un modelo especial de pijama para niños que están hospitalizados o en reposo en casa, que se abren por delante de forma que cuando son examinados por el médico no se tienen que desvestir del todo y así no se enfrían o se sienten inseguros, sobre todo los bebitos. La colaboración consiste en confeccionar los pijamas y enviárselos, están en el Reino Unido y su trabajo va respaldado por el sistema nacional de salud. También puedes colaborar donando telas o dinero. Para conocerlo todo bien, pincha aquí
TRES: ¿Y QUE TAL SI LO LIDERO YO MISMA?
Organiza tú misma una acción solidaria. Piensa en un problema de tu comunidad, en una necesidad de tu pueblo, en un grupo cercano al que quieras echar una mano. Te pongo ejemplos:
- En tu ciudad hay un barrio desfavorecido y llega el invierno. Habla con alguien que conozca su situación y te sirva de enlace, y organizas un taller para tejer gorros y bufandas para los peques del barrio.
- Cerca de tu casa hay una residencia de ancianos que necesitan un poco de conversación; Habla con la dirección del centro y ofrécete a unas jornadas de intercambio de conocimiento, las abuelas saben hacer manualidades increíbles! Y alguna igual se ha olvidado de ello, pero si te ve hacerlo a ti y tus amigas… lo mismo recuperan la ilusión.
- Conoces una familia que lo está pasando mal por lo que sea: Pues organizas un taller de costura con las vecinas para que esos chiquillos se lleven hechas un par de sudaderas y tres pantalones calentitos para pasar el curso.
Cosas concretas y en las que la gente pueda confiar. Anúncialo en tus redes sociales, explica bien el proyecto, pon una fecha y…
¡a por ello!
Me gustaría que éste fuera el típico post que se guarda en la lista de lectura, o de favoritos, o de archivo, y que os propongáis recuperar en épocas en las que podáis invertir unas horas que revertirán en buen hacer para personas que pasan por una mala racha: Un fin de semana sin planes, unos días de reposo por recomendación médica, las siestas del bebé, una noche de insomnio…. Ahí tienes unos momentos en los que usar la cabeza, y las manos, en una buena obra.
Un abrazo,
Gema